Desde la década de los treinta del siglo XX, se producen los primeros hallazgos arqueológicos en esta área, si bien, con toda probabilidad, parte de las ruinas eran reconocidas por la población del lugar. La excavación de un gran túmulo en el año 1934, hoy desaparecido y del que se dio cuenta en la prensa local, levantó una gran expectación social y aportó una serie de restos arqueológicos de gran valor, como las piezas de cerámica pintada con bellos motivos que formaban parte del ajuar funerario y que, desde entonces, se encuentran expuestas en el Museo Canario. A partir de esa fecha se van excavando y exhumando diversas estructuras, bien funerarias, bien de hábitat y otras, de significado desconocido. Las últimas excavaciones arqueológicas han obtenido varias fechas por Carbono 14 para esta zona, destacando una del siglo VII de la era.
Se trata del primer yacimiento arqueológico con figura de protección en Canarias, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1949. Actualmente el yacimiento se encuentra cerrado por obras. Está proyectada la mejora del entorno y construcción de un centro de interpretación.