Dentro de lo que se conoce la ruta de “Los Volcanes recientes de Gran Canaria” nos adentramos en uno de los volcanes más desconocidos de la isla. Se trata de la Caldera “Hondo de Fagajesto”. Uno de los volcanes construidos en el último tercio del Holoceno junto al Montañón Negro, el cráter de Los Pinos de Gáldar y Los Berrazales. Estos volcanes pertenecen a la etapa reciente del vulcanismo en Gran Canaria y constituyen un eje estructural que va de noroeste a sureste donde volcán El Hondo,como otros volcanes que salpican la geografía insular, tuvo una doble génesis eruptiva:
– Erupción estromboliana: formación del cono y sus erupciones son poco violentas, emiten grandes cantidades de cenizas y piroclástos. La lava de estos volcanes es poco viscosa, lo que puede tener un largo recogiendo y más si se sitúa en un desnivel. A menudo estos tipos de volcanes presentan erupciones de largo lapso de tiempo.
-Explosión freática: formación de la caldera, que ocurre cuando el magma de un volcán, entra en contacto con un acuífero de agua y causa una explosión de vapor, agua, ceniza, piedras, etc.
Ubicado en la localidad de Fagagesto, en uno de los rincones más verdes y sorprendente de Gran Canaria, escondido entre codesos, escobones, retamas amarillas y pinos canarios. Esta pequeña caldera elíptica tiene unos 205 x 175 metros es la huella de una de las últimas erupciones que experimentó la isla, hace unos 2.000 años. Según algunos expertos, es probable que esta fuese una de las pocas erupciones volcánicas que pudo ver los aborígenes canarios en Gran Canaria.
Estudios vulcanológicos describen que las coladas de lava descendieron por el Barranco de Sao para luego derramarse en cascada incandescente por Los Cabucos de El Sao y bajar pausadamente por el cauce del Barranco de Agaete, hasta alcanzar la orilla del mar.
En la actualidad apenas queda vestigios de esas coladas volcánicas, la causa es por la acción del hombre, la construcción de bancales para la agricultura, prácticamente cubrió la totalidad del cause del Valle de Agaete a excepción la zona donde está ubicado el yacimiento arqueológico El Maipéz, lugar donde los antiguos canarios aprovecharon el material que les proporcionaban el malpaís para construir túmulos donde enterrar a sus muertos. Quizás por ser una necrópolis sea esa la razón por lo que se respetó y ha llegado hasta nuestros días. Otra zona que hasta principios del siglo XX aún había una extensión de estas coladas y escorias volcánicas era el entorno que rodeaba la ermita del Puerto de Las Nieves, actualmente por el crecimiento urbanístico está sepultado debajo de las viviendas, también había otra necrópolis con túmulos de los aborígenes, en este caso no se protegió.